VEAN A BILL GATES PERDER MISERABLEMENTE AL AJEDREZ
Bueno no pasa nada tampoco, quizás lo suyo no sea jugar al ajedrez. El hombre más rico del mundo, con todo el poder a sus espaldas y su cerebro privilegiado hasta límites insospechados, cuyo coeficiente podría hacer palidecer al más pintado, no puede hacer nada ante otro contrincante mucho más preparado que él. Un maestro…